lunes

Rumania 1975.


(Cartier-Bresson)

Te encanta el tren. Podrías ir a cualquier sitio de cualquier otra forma, pero prefieres el tren. De pequeña te enfadabas cuando no podías coger el lado de la ventana. Ese movimiento, esa sensación, los postes de la luz, el paisaje desde el vagón. No hablar. No es necesario hablar en un tren. Disfruta del vértigo del viaje. Te vas, os vais. Sin maletas, sin lazos. Qué sueño.

Estás aquí, desde siempre.

Te huele tan bien el pelo, últimamente estás preciosa y no sé cómo decírtelo.

Estás aquí, estás aquí, estás aquí. Pero tenemos que arreglar algo. Cómo te escapas con
el tiempo.

Que no se acabe nunca el viaje.

Me encanta estar así, me hace temblar.


Es curioso, te has pasado la mitad de tu vida buscando nada. Ahora prefieres dejarte llevar. Las cosquillas. El vértigo. Que te abrace un poco más, estás aquí, tiemblas. Hace calor. Un ligero accidente de vez en cuando. Y cosquillas. Cómo te vas con el tiempo. Estaciones, postes de la luz.

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