Hay días en los que la primavera de repente llega un 10 de febrero. ¿lo notas? como si en un segundo fueras capaz de tocarlo todo, de alcanzarlo. Con la misma sensación que a los 9 años, cuando en la feria saltabas en las camas elásticas. Ese segundo flotante en el que sientes las luces de la montaña rusa parpadeando, y la musica de los coches de choque. Y el olor a algodón de azúcar y a patatas fritas. Ese momento, ese segundo que se detiene para siempre. Lo sabes porque aún lo notas cuando pasas andando entre los puestos de la feria.
Mírate, ahora tienes un momento así pero de otra forma, un 10 de febrero con las ventanas abiertas de par en par.
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