Estás aquí, justo donde quieres. Te duele la cabeza, hace frío y te han gastado una broma sin gracia. Y qué. Ayer te reíste como si la noche no fuera a terminar nunca y ahora tienes ganas de saltar. Toda la ropa huele a humo, estuviste muy cerca de la chimenea. Te encanta acercarte hasta que quema. A él también. Por eso habéis dormido tan juntos. Tan cerca que no entiendes cómo no habéis salido ardiendo.
Qué más da.
Vas a seguir sonriendo todo el día.
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