Un amor de película de Godard, con Jean-Paul Belmondo fumando impasible y algún asesinato.
Y poesía.
Que parezca real, no de cine.
domingo
viernes
miércoles
Tú lo sabes de sobra. No importa cuantas luces apagues para sentir qué cuerpos. Lo malo es lo contrario, no sentir. O no querer sentir, que es peor. Y me dirás - los besos no saben a lo mismo-. Pero saben bien, que es lo que importa.
Es la historia del que va hacia cualquier sitio sin que importe el dónde. De todas formas ya lo dijeron antes que yo: Dos personas que saben que se mienten, nunca se hacen daño.
Así que deja que apaguemos la luz las veces que queramos, déjate convencer. Si estamos aquí es porque sentimos, y despertarse por la mañana da igual si es contigo o con cualquiera.
Es la historia del que va hacia cualquier sitio sin que importe el dónde. De todas formas ya lo dijeron antes que yo: Dos personas que saben que se mienten, nunca se hacen daño.
Así que deja que apaguemos la luz las veces que queramos, déjate convencer. Si estamos aquí es porque sentimos, y despertarse por la mañana da igual si es contigo o con cualquiera.
lunes
Rumania 1975.

(Cartier-Bresson)
Te encanta el tren. Podrías ir a cualquier sitio de cualquier otra forma, pero prefieres el tren. De pequeña te enfadabas cuando no podías coger el lado de la ventana. Ese movimiento, esa sensación, los postes de la luz, el paisaje desde el vagón. No hablar. No es necesario hablar en un tren. Disfruta del vértigo del viaje. Te vas, os vais. Sin maletas, sin lazos. Qué sueño.
Estás aquí, desde siempre.
Te huele tan bien el pelo, últimamente estás preciosa y no sé cómo decírtelo.
Estás aquí, estás aquí, estás aquí. Pero tenemos que arreglar algo. Cómo te escapas con
el tiempo.
Que no se acabe nunca el viaje.
Me encanta estar así, me hace temblar.
Es curioso, te has pasado la mitad de tu vida buscando nada. Ahora prefieres dejarte llevar. Las cosquillas. El vértigo. Que te abrace un poco más, estás aquí, tiemblas. Hace calor. Un ligero accidente de vez en cuando. Y cosquillas. Cómo te vas con el tiempo. Estaciones, postes de la luz.
domingo
Te gustan las películas que terminan bien.

Te gustan los domingos. Hace cinco años querías odiarlos con todas tus fuerzas, y todo porque lo decía una canción. Qué tonta, ni siquiera te sale odiar un domingo al mes. La película de hoy te ha gustado porque no terminaban juntos. Pero terminaba bien. Te gustan las películas que terminan bien, y te gustan los domingos. No lo puedes evitar.
sábado
No hay noche de sábado que no le pase.
Se enamora con todas sus fuerzas, como una ráfaga de aire que te despeina de golpe, como el volcán en erupción de su libro de geografía, como si sólo existiera esa noche en el universo. Luego, el domingo, se le olvida.
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