martes
O parecido.
Milán es una ciudad oscura llena de luces. Es una ciudad amarillenta. Las farolas cuelgan de un lado a otro de la calle y se pasea sobre piedras. Hay galerías de arte y tiendas de ropa cara. Una tarde vi un sombrero rojo y paseamos por debajo de un techo alto lleno de luces azules. Nos hicimos fotos en un piano de esos que se tocan con los pies y comimos crepes, pizza, mucho capuccino con galletas, pollo asado, jamón del que te mandan las madres cuando estás fuera. Nos colamos en el tranvía, vimos nieve; nos escurrimos en la nieve y no supimos abrir una cerradura por culpa de la llave o del alcohol o de la risa. Las ciudades grandes están para perderse de noche sin perderse nada, así que fumamos sin escondernos en un sitio donde no se podía fumar, ni cantar alto, ni bailar mucho, ni salir el último, ni hacer lo que nos apetecía. Por eso no lo pudimos evitar. Hablamos con todo el que se quiso acercar y con el que no. Dormimos en el suelo de una habitación con balcón enfrente de una casa tan amarilla como la ciudad. Paseamos sin haber dormido y oímos música en vivo dentro de una furgoneta, Have you ever seen the rain. Como casi siempre, me dieron ganas de quedarme.
Tres días cualquiera de hace dos años pasamos por allí. A mí me pareció ver algo de esto, o parecido, aunque tampoco puedo asegurarlo.
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Excelente blog , me inquieto el titulo y me a encantado lo poco que he leido.
ResponderEliminarUn saludo!
El título tiene su aquel, la verdad. Tampoco escribo mucho, según me va o me viene, según. Gracias.
ResponderEliminarEs interesante la forma de escribir , mejor escribir cuando te venga que no cuando se te vaya .
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