Lo mejor de cuando yo terminé Selectividad es que cruzando la carretera estaba el río. Y tres días después, cruzando unos kilómetros, el mar. Aunque yo prefiero una ciudad sin mar, para poder echarlo de menos. Me gustan las ciudades con el río muy cerca, al cruzar la carretera. Si has probado una ciudad con río, luego ya tienes que volver algún día del resto de tu vida, es obligatorio. Porque se toma el sol encima de las piedras, como las lagartijas, y el agua te corta la respiración y te deja los dedos morados, y eso, al final, es adictivo.
Si vives en una ciudad con río, no faltan las escapadas a las 6 de la mañana, ni las cervezas de cualquier noche de martes a la orilla. Al final eso es lo que te hace recordar todos los veranos. En las ciudades con río, tienes que atreverte a saltar desde una roca, y al final siempre te atreves. También hay cangrejos.
Prefiero una ciudad con río, esa ciudad con río, que una con mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario