miércoles

Me despierto pensando en el mar.



He dormido tres horas y me despierto pensando en el mar. Y en esa relación amor-odio que tengo con él. Desde aquí puedo verlo, me lo sé de memoria. Creo firmemente que casi todo lo que existe, existe por el mar. Las rocas, los cangrejos, los paseos infinitos. La tierra, sobre todo esta, existe por el mar.

Esta tierra que está por todas partes, siempre interpuesta entre alguien y alguien. Aunque es precisamente la que hace que se te acelere el corazón un julio cualquiera cuando ves aparecer esa franja azul en el horizonte. Esa línea que te dice que hay verano de sobra, siempre, para todo. Y más cuando te escapas una mañana cualquiera, sin planear nada.

Siempre hay días largos y noches bonitas, y otras no tanto, y qué. Tampoco sé por qué hoy me he despertado pensando en el mar.

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