Como ha llovido y huele bien, he dejado abierta la ventana, a ver si cojo un poco de frío. Así de paso oigo a los grillos. Y también a la rana del estanque del parque de enfrente, que se pone a hablar todas las noches. También tengo un mirlo en el jardín, y un nogal con nueces, y se me están secando las plantas de la entrada porque siempre voy con prisas y se me pasa. Voy con prisas y por la noche no consigo dormirme. Es este verano raro que no me deja pensar en cosas serias. Sólo pienso: tengo hambre de tarta de queso, necesito ver un rato el mar, quiero un duelo, un incendio y un café contigo. Yo preparo el incendio, tú busca el paisaje para la conversación.
Lo que pienso, lo de la lluvia, lo de la rana, lo del jardín, lo del duelo y el incendio y la conversación y las prisas, es todo una excusa para hablar un poco de ti sin que se note. Toda una excusa.